Con las cifras en la mano la idea de que hemos construido un excedente indigerible de viviendas se podría demostrar falsa. Según datos del COAC (2012) los arquitectos hemos visado y proyectado en Cataluña en los últimos diez años (desde 2002 hasta 2011) sólo unas 661.550 viviendas. Aunque esta cifra incluye la avalancha de visados de la época del boom inmobiliario de los años 2002 a 2007, el total de la década es comparable o inferior a la que se registraba las décadas de los 60 con 717.380, los 70 ‘s con 689.020 o los 90 s con 641.830 viviendas en 10 años.
Tampoco hay que olvidar que una grandísima parte de esas casi 130.000 viviendas que se visaron en 2006, espoleadas por la inminente aplicación del CTE, no se llegaron a edificar nunca ni se podrán edificar. De hecho, el número de viviendas nuevas se mantuvo relativamente estable entre 65.000 y 80.000 durante los años 2001 a 2008. Después del boom la drástica caída que sufre el sector desde el año 2007 es la más larga y profunda sufrida hasta la fecha y paradójicamente ha hecho que el volumen edificado en la década de la burbuja inmobiliaria sea inferior a las décadas de los años 60 o 70. Quizás tendremos que darnos cuenta que 80.000 pisos vacíos no son tantos para evitar que la recuperación nos pille tan desprevenidos como el parón.